Hoy os presentamos un cuarto de baño muy especial en un vibrante color turquesa. Los propietarios querían contar con un cuarto de baño adicional para los invitados y, tras visitar su vivienda, se decidió que el mejor sitio para instalarlo era una habitación contigua a la cocina, lo que facilitaría los trabajos de fontanería.

Lo que más llama la atención en este baño es la elección de los azulejos en tonos vivos, que se combinaron con otros de color blanco para aportar luminosidad y ampliar visualmente la estancia.

Para aprovechar el espacio al máximo, los propietarios decidieron instalar un plato de ducha de resina en color blanco, junto con una mampara fija con puerta abatible de vidrio templado transparente. Además, se aprovechó el hueco generado en la pared que alojaba las tuberías para instalar un asiento de obra en la ducha, chapado con el mismo azulejo que el resto de la pared y revestido en Silestone blanco, a juego con el banco del lavabo.

El lavabo de porcelana, instalado sobre la encimera, se completó con un mueble de Ikea suministrado por los clientes y un espejo con una barra de luz integrada.

Para el suelo, se eligió el mismo modelo que en el resto de la casa: un porcelánico rectificado de imitación madera capaz de aportar calidez visual sin perder durabilidad en las estancias húmedas.

En cuanto a la grifería, se colocaron modelos empotrados tanto en la ducha como en el lavabo, liberando las superficies de elementos superfluos.

El resultado fue un espacio único que nos encanta. ¿Qué os parece? ¿Os atreveríais con tonos así de vivos en vuestro cuarto de baño?