El proyecto que os vamos a enseñar nos gusta mucho porque forma parte de una reforma integral que tuvo un resultado espectacular. Los clientes querían obtener más espacio y muchísima más luz en su vivienda. Para conseguirlo, integraron el patio interior en la casa, tirando abajo las paredes interiores y colocando un lucernario en el centro de la vivienda. La entrada de luz se aprecia muy bien en las fotos de esta original cocina, que se sitúa frente a una pared de ladrillo visto.

Lo primero que capta la atención en la cocina es el frontal, para el que se emplearon azulejos hidráulicos recuperados. Los muebles son de madera en tono haya, combinados con una encimera de Silestone en color hueso. Para evitar el ruido visual que pudiera estropear el efecto del panel hidráulico, se eligió una campana extractora integrada en el techo, junto con los puntos de luz que iluminan el área de trabajo.

En el suelo se instalaron piezas de porcelánico de gran formato, dando continuidad al espacio con el resto de la vivienda.

¿No es fantástico cómo un solo trozo de pared puede cambiar el aspecto de toda la estancia?